Traducción
          Y el amo de la casa
          acercándose
          se encontró
          con un amigo suyo
          y le dijo: "¡hola Gayo!"
          y le dio un beso.
          Este le devolvió el saludo diciendo:
          
          ¡Qué bien estás, Lucio!
          ¿De verdad te estoy viendo?
          Lucio: ¿Cómo estás?
          Gayo: Todo bien, 
          ¿y tú?
          L.: Me alegro por ti
          tanto como por mí.
          Tengo
          un juicio.
          G.: ¿Contra quién?, 
          ¿contra el cuestor?
          L.: No
          G.: ¿Entonces?, 
          ¿contra el proconsul?
          L.: Tampoco,
          contra un magistrado
          que está fuera de la jurisdicción del juez
          de la provincia.
          G.: ¿Y de qué se trata
          este caso?
          L.: No es gran cosa;
          es por un tema de dinero
          así que ya ves.
          Si tienes un rato
          vente con nosotros
          que los jueces
          nos han citado 
          hoy
          para declarar.
          
          Así que quiero que estés presente
          para tratar
          el caso
          junto con mis abogados.
          G.: ¿Has buscado abogados?
          L.: Sí.
          G.: ¿Quiénes son? L.: Tus colegas.
          G.: Bien hecho.
          ¿Habéis quedado?
          ¿Alrededor de qué hora y
          dónde?
          L.: En el foro, 
          en el pórtico, 
          cerca de la puerta
          de la Victoria.
          G.: Vengo en un rato.
          L.: Pero por favor, acuérdate.
          G.: No te preocupes, 
          me concierne.
          
          L.: Vamos
          al banquero
          a pedirle
          cien denarios
          y se los damos al abogado defensor
          como un honorario,
          y a nuestros abogados
          y a los expertos en leyes
          para que nos defiendan
          incansablemente.
          Este es.
          Que te dé las monedas
          y ven conmigo.
          Tal y como concretamos, 
          Gayo está aquí.
          Vamos a traerle
          a nuestra conversación.
          Aquí tenemos
          la garantía.
          G.: ¿Has hecho un juramento?
          L.: Sí.
          G.: ¿Y has declarado?
          L.: Sí.
          G.: Pues prepárate.
          L.: Estoy preparado.
          G.: Tu adversario
          quiere intervenir.
          Calla.
          L.: Estoy callado.
          G.: Guarda silencio, 
          vamos a escuchar
          el veredicto.
          L.: ¿Has oído
          que hemos ganado,
          Gayo?